Cuando faltan pocas semanas para que el Gobierno envíe al parlamento la Nueva ‘Ley de Garantías de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes’, el Consejo Nacional de la Infancia lanza una campaña nacional en prensa, radio, redes sociales y televisión que busca, con humor, identificar prácticas cotidianas en las que los adultos no respetan los derechos de niños, niñas y adolescentes y también generar un espacio de reflexión respecto de la manera en que los adultos se relacionan con la infancia.
Estela Ortiz, secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, señala que esta campaña busca que los adultos se den cuenta del tipo de relación que establecen con los niños y niñas, “muchas de estas acciones están ‘naturalizadas’ en nuestra cotidianidad y no las identificamos como violentas: cuando no escuchamos, no vemos y no consideramos la opinión y el estado de ánimo de niños, niñas y adolescentes, les estamos diciendo que su opinión no es importante, en definitiva los estamos invisibilizando y eso genera frustración y rabia en ellos”.
Las ideas de la campaña surgen a partir de las opiniones que entregaron los cerca de un millón de niños, niñas y adolescentes que participaron en el Encuentro Nacional “Yo opino, es mi derecho”, en el que quedó en evidencia que una de sus demandas más importantes es ser respetados y escuchados, ya que consideran que los adultos exigen respeto, pero no actúan en consecuencia.
Por eso, la campaña interpela al mundo adulto y los invita a tomar conciencia de la forma en que tratan a los niños, niñas y adolescentes, a través del mensaje “EL RESPETO NOS HACE GRANDES. A 25 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, a los adultos nos toca crecer”.
Las ideas centrales que se escucharán y verán en prensa, radio, digital y TV desde este domingo 9 (día del Niño) hasta el 23 de agosto son:
1. Ningún niño o niña te mandaría a tu pieza porque hayas tenido un mal día.
2. Ningún adolescente te diría que no puedes cambiar el mundo.
3. Ningún niño o niña te dejaría sin postre porque estás de mal humor.
4. Ningún adolescente te obligaría a pensar como él.
5. Ningún niño o niña prohibiría que juegues.