
Dos Machi «de cabecera» que podrán derivar a otros especialistas mapuche del mismo territorio, serán las encargadas de atender a quienes visiten el nuevo Centro de Salud Mapuche que se construirá en Galvarino; sentido proyecto que tras cinco años de trabajo impulsado por la Comunidad Indígena sin Tierra con el apoyo de Servicio País, ya tiene aprobados los recursos para su construcción.
El pasado 11 de noviembre, la intendencia de La Araucanía liberó casi 649 millones de pesos aprobados para levantar el proyecto. Este centro brindará atención en salud gratuita, con pertinencia cultural mapuche, en un espacio apropiado y con administración propia.
El proyecto tardó años en comenzar a concretarse, por las complejidades propias de un proceso que requiere respetar las costumbres ancestrales y por los aspectos legales. Se intentó en primera instancia denominar los distintos espacios y prestaciones con nombres traducidos desde el mapudungun, pero finalmente no se pudo. Si se instala una «farmacia», por ejemplo, la ley chilena exige la presencia de un químico farmacéutico. También se tuvo que responder al desafío de recuperar las plantas medicinales, o lawen, que no pueden cultivarse en viveros porque desarrollan su poder curativo en el ambiente en que nacen. Entonces el lawen debe ser extraído de su medio natural por la Machi. Los profesionales Servicio País apoyaron la gestión de un vivero para contar con un stock de plantas que permitan repoblar sectores donde hayan desaparecido.
José Millalen, hoy concejal de Galvarino y presidente del Consejo de Autoridades Tradicionales Mapuche, explica que este centro es de alta relevancia para una comunidad donde el 70% de sus habitantes son mapuche, «y porque afortunadamente la cultura mapuche está viva en muchos aspectos”, señala. El centro, que atenderá de forma gratuita y tanto su construcción como funcionamiento será financiado por el Estado, abordará «no solamente ve el aspecto físico, la medicina mapuche busca un equilibrio físico, psicológico y espiritual, y ahí habrá una gran contribución, con remedios que son a base de yerbas, plantas, agua y barro, todos elementos naturales», señala.
Una gestión con el sello «SERVICIO PAÍS”
En este programa de la Fundación Superación de la Pobreza, que destina a jóvenes profesionales a vivir y trabajar durante un año en comunas con pobreza y aislamiento, destacan que la superación comienza cuando las comunidades reconocen sus riquezas y son capaces de activarlas y movilizarlas. «Por eso en 2009 cuando llegamos a Galvarino, identificamos, junto con la sentida necesidad de contar con un centro de salud intercultural, la tremenda riqueza que tenía esta comunidad, que eran al menos 15 especialistas en medicina mapuche, las hierbas medicinales presentes en el territorio que identificamos con un catastro, y sobre todo, la organización y lucha de la comunidad para levantar su proyecto», dice Felipe Petit, director regional de La Araucanía de la Fundación. Señala además, que el centro ya se configura como uno de los resultados emblemáticos de la gestión del programa, «es una idea que pasó por muchas etapas, que llenó de convicción a todos los involucrados y que viene a mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en el territorio, donde los profesionales Servicio País fueron un eslabón importante dentro de todo el equipo que luchó por este proyecto».
El ex profesional Servicio País (año 2011) en Galvarino, el ingeniero ambiental Francisco Ugarte, que actualmente se desempeña como encargado de Medio Ambiente en el municipio, relata que trabajó «de manera humilde y comprometida junto al Concejo de Autoridades y Representantes Mapuche de Galvarino, la Comunidad Indígena Sin Tierra, el concejal y actual Alcalde de Galvarino Fernando Huaiquil Paillal y el Servicio de Salud Araucanía Sur. Estuve enfocado en la recuperación y establecimiento de plantas medicinales para abastecer de lawen a los agentes médico mapuche, y también a cuestiones más técnicas como distribución de espacios, dotación de personal y equipamiento para el Centro de Salud Mapuche. El modo de funcionar del Centro ya estaba definido, y muy bien estudiado, con muchos años de antelación».
José Millalén explica que «como Consejo de Autoridades Mapuches, creemos y lo hemos dicho antes, que sin la contribución del Servicio País hubiese sido muy difícil estar en la etapa en que estamos hoy con este proyecto, pese a la riqueza que tenemos y la calidad de la medicina mapuche, no contábamos con los recursos técnicos para formular los proyectos, así que el apoyo de estos profesionales ha sido un puntal muy importante este sueño».