En Chile existen 234.502 organizaciones de la sociedad civil según cifras del Estudio de Sociedad en Acción. El llamado sector sin fines de lucro está conformado por instituciones que han contribuido al país promoviendo derechos e impulsando causas en torno a temas de interés público y aportando en la superación de pobreza, infancia, educación, adulto mayor, discapacidad, medio ambiente entre otras innumerables casusas sociales. En varios sectores las fundaciones remplazan la labor del Estado, generando un poco más de 145 mil que corresponde a 1,7% de la fuerza laboral y con un financiamiento principalmente a través de un sistema de colaboración público-privada. Pero todavía hay desafíos pendientes de transparencia y respuestas a preguntas tales como: ¿Cómo se financian? ¿A qué intereses representan? ¿Quiénes están detrás de la organización?
Conversamos con Alberto Precht, Director Ejecutivo Chile Transparente, la economista Jeannette von Wolffersdorff y Benito Baranda, Presidente Ejecutivo de América Solidaria y Loreto Lavín co –fundadora de Fundación Sociedad Anónima acerca de cómo estamos en Chile respecto a transparencia de organizaciones sociales y los principales desafíos.
Según Precht “el valor de la transparencia es fundamental en la generación de confianza para las organizaciones sociales. “Estamos muy atrasados y me atrevería a decir que hoy es el sector más opaco, exigimos información del Estado, ahora también la de los dueños reales de las empresas, pero quien está detrás de las OSFL en Chile pocos lo saben, claramente un paso que sigue es incluirlas en esquemas de divulgación de información y publicidad, más aún cuando algunas de ellas trabajan con fondos públicos o cumplen fines públicos”.
La economista, Jeannette von Wolffersdorff agregó que “cualquier persona tiene el derecho de poder saber quiénes trabajan en la organización social, qué hacen y cómo se financian, entre otros, para evitar que intereses privados se mezclan y confundan con intereses públicos. Adicionalmente, muchas organizaciones sociales no solo trabajan con fe pública, sino también son co-financiadas por gasto tributario cuando se acogen a algún beneficio tributario proveniente de una Ley de Donación. Lo anterior sin duda es una razón más que muestra la importancia de la transparencia para las organizaciones sociales, porque aquí se trata de recursos públicos que son de todos los contribuyentes en Chile”.
Benito Baranda «Las organizaciones de la sociedad civil tenemos el deber de transparentar lo que somos y hacemos a la sociedad en general, nuestra legitimidad y la confianza ciudadana se juega en cuán coherentes e íntegros nos comportamos, si efectivamente queremos una sociedad más justa donde las personas sean tratadas de manera digna, requerimos con urgencia que nos conozcan y sepan de verdad para que estamos.
Las organizaciones sociales son excesivamente frágiles a la hora de perder confianzas. Y sin transparencia no hay confianza señala Loreto Lavín, co-fundadora de Fundación Sociedad Anónima. “Hasta hoy los donantes dan porque conocen a alguien “dentro”, y si bien eso funciona, deja fuera los aportes internacionales y de otros que no los conocen. Por eso, estándares universales abrirían la puerta a más donaciones”, agrega. En el mismo sentido, Precht comenta que “debemos avanzar hacia una transparencia focalizada, ya no solo divulgar por divulgar si no que atender al usuario, desde la óptica de la usabilidad, utilidad y oportunidad de la información”.
¿Autorregulación o mayor fiscalización?
Los expertos señalan que ley única de donaciones, autorregulación y mayor fiscalización son algunos de los desafíos que se pueden abordar para impulsar la transparencia. Alberto Precht señala que “hoy es más fácil el constituirse, pero eso mismo abre la puerta para que se utilice el tercer sector para fines que distan de los del bien común, por lo mismo es necesario mejorar el marco regulatorio, desde una ley única de donaciones hasta la fiscalización que hoy es claramente insuficiente bordeando la inexistencia”. Von Wolffersdorff aboga por la auto-regulación. “Mientras no haya una regulación clara en materia transparencia para todas las organizaciones sociales, juega un rol muy clave la auto-regulación del sector. En ella, todas las organizaciones sociales interesadas en cuidar la integridad de su sector deberían estar cooperando”.
Baranda agregó que “lejos de ser una amenaza, la transparencia es una oportunidad para hacer de la colaboración y el compromiso una manera concreta de contribución a un mundo más humano”.
Lavín comenta “cuando las fundaciones filantrópicas exijan certificación de transparencia, así como el gobierno para los aportes que entrega el Estado, las fundaciones se motivarán y tendremos fundaciones transparentes, fundaciones que se abrirán a más donaciones, especialmente asignaciones estatales que finalmente son las donaciones que hacemos todos”.
Los desafíos de la transparencia
Según von Wolffersdorff el desafío principal es coordinar acciones estratégicas que crean presión positiva al sector sin fines de lucro para que se transparente de verdad. La transparencia debe aplicarse tanto para fundaciones grandes como pequeñas, no hay excepción. “Como la transparencia siempre duele un poco cuando uno la toma en serio, hay que buscar los incentivos correctos para ir avanzando: Pensándolo estratégicamente, creo que lo mejor sería que fundaciones, empresas o personas naturales que financian a organizaciones sociales unan su voz para pedir un mínimo estándar de transparencia, antes de entregar recursos”, enfatiza.
Lavín agrega: si una fundación que hace uso indebido de fondos, privados o estatales, perjudica en cadena a todas. Bajo un escándalo los socios aportantes se reservan. Por lo que la autoregulación sería un primer paso, pero en el mundo ideal debiéramos tener una superintendencia ya que son muchos los recursos involucrados en este sector hasta hoy con opacidad.
Las «buenas prácticas» de transparencia
Más de 160 organizaciones son parte del proyecto FECU Social, inspirado en la Ficha Estadística Codificada Uniforme para sociedades abiertas en Chile que impulsa la consultora PwC junto a la Comunidad de Organizaciones Solidarias (COS), como una herramienta de transparencia que busca estandarizar la rendición de cuentas de las OSC en Chile. Esta iniciativa está abierta a todas fundaciones que quieran reportar.
Desde hace un año Fundación Lealtad Chile también analiza los niveles de transparencia y buenas prácticas de organizaciones sociales de manera gratuita y con metodología validada internacionalmente. Cuentan con un análisis de 9 Estándares de Transparencia y Buenas Prácticas de Gestión que permiten facilitar donaciones responsables y promover una cultura de mayor confianza y transparencia en el país.