
El amor por las letras no comienza cuando un niño aprende a leer, sino mucho antes. “La cadencia, fluidez y comprensión de secuencias se van adquiriendo desde muy temprano a través de la lectura diaria. No es necesario esperar a que sepa leer para comenzar a estimular y fomentar el gusto por los libros”, explica Claudia Guazzini, profesora del Programa “Aprender en Familia” de Fundación CAP.Está comprobado que a partir de las 24 semanas de gestación el bebé ya escucha, por lo que cantarle, hablarle, leerle cuentos y poesía no solo estimula su audición, sino que también favorece el vínculo afectivo con la madre. Lo prepara también para aprender algunas de las habilidades que tendrá que desarrollar una vez que haya nacido. Tras su primer cumpleaños, los pequeños ya han aprendido todos los sonidos necesarios para hablar en el idioma de sus padres. “Escuchar palabras ayuda a formar una gran red de éstas en el cerebro. Al llegar a los dos años, los niños cuyos padres les hablan o leen con frecuencia saben más conceptos”, asegura la experta de Fundación CAP.Leer con los niños desde chicos les entrega más posibilidades de aprender a hacerlo en el momento adecuado, ya que le ayuda a desarrollar las llamadas habilidades de pre lectura, la que son signos del lenguaje temprano. “A pesar de que pueda parecer que el niño solo está jugando, está organizando lo que él sabe acerca de los libros y el lenguaje, y cómo se fusionan para lograr esta experiencia mágica llamada lectura”, indica Claudia Guazzini, quien enfatiza que la experiencia debe ser un juego para los pequeños, para que le vayan tomando el gusto.En el mercado existe una gran variedad de libros para niños, en sus diferentes etapas de desarrollo, desde aquellos que solo tienen imágenes hasta los más interactivos, con música, sonidos, diferentes texturas, colores, etc. En cuanto a los títulos, a los cuentos tradicionales se les puede complementar con autores contemporáneos como Keiko Kasza, Corky Paul y la chilena Cecilia Beuchat, entre otros.“Si a los bebés y a los niños se les lee con alegría, entusiasmo y creando un vínculo especial, ellos comienzan a asociar los libros con la felicidad y así nace el amor por la lectura”, invita la experta de Fundación CAP.

Leer en voz alta
– Estimula el desarrollo cognitivo, afectivo y social de los niños.
– Le enseña al pequeño a comunicarse.
– Introduce conceptos como los números, las letras, los colores y las formas de una manera divertida.
– Desarrolla aptitudes de audición, memoria y vocabulario.
– Le entrega información sobre el mundo que lo rodea.