Entrevista a directora de Fundación La Fuente en diario La Segunda

«A las propuestas en educación les agregaría calidad, calidad y calidad»

Desde Fundación La Fuente, destaca las medidas anunciadas para apoyar a los niños y estudiantes vulnerables, pero advierte que “estas iniciativas hablan de cobertura, institucionalidad, lucro, acreditación, etc., y ninguna iniciativa clara con respecto al mejoramiento de la calidad”

Llama a las autoridades a acoger la cooperación de la sociedad civil para llevar adelante la reforma.

 

A pocos días de que se cumpla un mes desde que asumió el nuevo gobierno, Verónica Abud, gerente general de Fundación La Fuente, realizó una evaluación de las iniciativas que el ejecutivo comprometió en los primeros 100 días de gobierno, en materia de educación. Entre ellas, el envío al congreso del Proyecto de Ley para una Reforma Educacional y la entrega del listado de  localidades donde se implementarán las primeras 500 salas cunas. Además  de un programa para asegurar el acceso a la Educación Superior de jóvenes vulnerables

Veronica Abud 2-Cómo evalúa, desde una fundación que trabaja en el área de educación, las iniciativas propuestas para los primeros 100 días de gobierno.
Todas son beneficiosas, ya que van en la dirección de entregar más y mejores oportunidades a los sectores más necesitados: las regiones y las localidades sin salas cuna. Lo importante es que se tenga un buen diagnóstico de los lugares donde haya necesidades reales.  En el caso de las salas cunas, es importante corregir la antigua práctica y rivalidad entre la JUNJI e INTEGRA donde se ha llegado al absurdo de instalarse en los mismos lugares, peleándose a los mismos niños.  Creo que es necesario revisar la institucionalidad de primera infancia, unificar criterios en función de las necesidades reales, entregar servicios de calidad, perfeccionar al personal y buscar soluciones a los diversos desafíos que tiene este segmento de la población.

 -¿Sería ésta entonces la principal iniciativa que les favorece como organización?
No hay discusión alguna sobre la importancia de invertir en la primera infancia.  Las desigualdades del potencial de desarrollo de un niño comienzan en el medio socioeconómico en que nace, por lo que si  queremos avanzar en corregir la desigualdad, ese es el camino.  Históricamente no se le ha dado la importancia que tiene a la primera infancia, por lo que sería importante llegar a un consenso para este sector sea el más favorecido en inversión y calidad del servicio.  Esto no implica desconocer los graves problemas que afectan el sistema escolar e universitario, pero es poco lucido políticamente.  Ojalá que  la tentación del corto plazo no nuble la visión de lo que es realmente importante.

 -¿Qué falta agregar a este set de propuestas?
– Calidad, calidad, calidad. No se ha escuchado ninguna iniciativa que apunte mejorar la calidad de la educación escolar.  Si se considera el SIMCE del año pasado en el área de lenguaje, queda en evidencia  que 100 mil niños no tienen el nivel de lectura que les permite avanzar con  éxito hacia los niveles superiores del sistema educativo.  La lectura es la herramienta fundamental para tener éxito tanto para adquirir nuevos conocimientos y relacionarse con ellos.  Este es un ejemplo claro de la deficiente calidad de educación que reciben, especialmente los sectores más vulnerables. El programa habla de cobertura, institucionalidad, lucro, acreditación, etc. y ninguna iniciativa clara con respecto al mejoramiento de la calidad.  La verdadera batalla de la desigualdad no se solucionará solo con estas iniciativas, lo que no quiere decir que sean fundamentales de tratar.

 

“Me preocupa el apresuramiento”

¿Cree posible ejecutar estas iniciativas en el plazo estipulado?
Difícil responder, porque aún no se dan a conocer los programas de trabajo para lograrlas.  Sinceramente me preocupa el apresuramiento por presentar un proyecto de ley sin una discusión seria y participativa, como fue lo prometido, teniendo un plazo de 100 días.  Creo más bien que es una postura efectista, que tiene como estrategia calmar los ánimos y que probablemente sea un largo enunciado sin mayor contenido ni participación.  Aún no se ha hecho la discusión de fondo sobre qué entendemos por calidad de la educación, para que nuestros alumnos se encuentren preparados para asumir los enormes desafíos con que tendrán que lidiar en el futuro y pretendemos que en 100 días presentar el proyecto de ley.  No pongamos la carretea ante de los bueyes.  
-¿En qué debiese consistir esa discusión?
– Tenemos un sistema educacional basado en la revolución industrial, en un  mundo ha cambiado con mucha rapidez. Nuestro sistema escolar está basado principalmente en entregar conocimientos,  cuando lo que hoy día se necesita es desarrollar la capacidad para solucionar problemas, de adquirir y manejar el conocimiento de manera independiente; de ser innovadores, creativos y trabajar en equipo, Estas habilidades y destrezas son indispensables para participar en la Sociedad del Conocimiento de hoy.  Si no flexibilizamos el concepto tradicional de educación estaremos tapando el sol con un dedo.  Los cambios llegaron para quedarse.

Con las discusiones adecuadas, ¿se puede?
Espero que sí. No podemos seguir esperando y parchando un modelo que ha sido bueno para aumentar cobertura y malo en su calidad para corregir las desigualdades.  Rescatemos lo bueno y reformemos lo indispensable para que la educación cumpla con entregar las oportunidades para que todos los ciudadanos sean capaces de manejar su propio destino, sin importar su cuna.

-Respecto al programa de Gobierno 2014-2018, ¿cree que son viables las propuestas que allí se establecen en educación?
Es difícil opinar cuando lo único que tenemos son el diagnóstico y los títulos de las iniciativas.  Aún no conocemos el programa, cómo se llevará a cabo ni la viabilidad y gradualidad de este.  Si este  desafío lo tomamos como sociedad, poniendo al estudiante y sus necesidades al centro de la discusión, ajeno a los tiempos políticos y en conjunto entre el estado, empresarios, estudiantes, profesores y familias, será posible lograr avanzar.  Ahora solo tenemos los títulos de las canciones y no conocemos la letra ni la música.  Para poder opinar tenemos que escuchar la canción completa.

 

Ley Única de Donaciones

-¿Cómo puede el Gobierno incluir a las fundaciones educacionales?
– A nivel transversal corregir el tratamiento de la ley de donación con fines educacionales.  Esta mal diseñada, es engorrosa y no se usa. Una muy buena señal sería apuntar a la Ley Única de Donaciones para destrabar en esta área el interés que tienen los privados para donar en estas iniciativas. No es suficiente creer que con solo una reforma tributaria se va a tener más recursos. Hay un enorme potencial en poder allegar recursos al sistema a través de donaciones privadas. Las organizaciones civiles lo conocemos.

-¿Cómo ve el rol de la sociedad civil en esta revolución educacional?
Las organizaciones civiles trabajamos donde el Estado y los privados no llegan. Hemos demostrado que -en forma desinteresada, sin fines de lucro y en terreno mirando la realidad- nos interesa mejorar las enormes desigualdades que afectan nuestra sociedad. Este aprendizaje ha sido valioso, tenemos indicadores y estamos comprometidos moralmente con estos procesos.  Tenemos independencia política y trabajamos en forma técnica.  No puede ser -y lo digo con la experiencia personal  de haber trabajado en el Ministerio- que  las bases de esta reforma sean definidas por personas que no conocen la compleja realidad de nuestro sistema educacional.  Espero que esta vez no todo se decida desde Alameda, sin considerar muchos actores relevantes interesados en cooperar.

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