La fundación, con 13 años de trabajo en España, pretende implementar en nuestro país un innovador sistema que integra un análisis ajustable a todo tipo de organizaciones sociales sobre transparencia y gestión de ONGs. Esto se traducirá en un informe que permite realizar una radiografía y comparación de la sociedad civil.
Por Gabriela Castillo

Fundación Lealtad Chile llegó al país en marzo de 2013 como la primera organización social sin fines de lucro en trabajar exclusivamente para promover la transparencia de las ONGs. Esta iniciativa pionera en el país, arribó desde España como parte de una iniciativa internacional –Fundación Lealtad España- quienes hace 13 años trabajan en materia de transparencia y buenas prácticas de gestión de organizaciones sociales, colocando a disposición de la ciudadanía esa información como un bien público.
“La idea era instalar en Chile -un país que tiene una institucionalidad suficiente y un mundo amplio y diverso de ONGs-, un sistema que contribuyera a la transparencia de las organizaciones para fomentar sistemas de donaciones públicos y privados”, señaló Javiera Pizarro, directora ejecutiva de Fundación Lealtad Chile.
Así, implementaron un innovador modelo de análisis que permite realizar una evaluación de estas organizaciones a través de nueve estándares: Regulación del Órgano de Gobierno, Consistencia y Claridad del Fin Social, Planificación y Seguimiento de la Actividad, Transparencia en la Comunicación, Transparencia en el Financiamiento, Sostenibilidad en el Financiamiento, Transparencia en la utilización de fondos, Cumplimiento de Obligaciones Legales y Promoción del Voluntariado. Cada uno de estos estándares está diseñado para ser aplicado a cualquier organización. “La idea es democratizar la información, que exista el mismo nivel y parámetro para todas las organizaciones, consiguiendo la misma información independiente de su tamaño y/o dimensión”, explicó Pizarro.

Este modelo lo adoptaron de los nueve principios de transparencia con lo que trabaja la fundación en España, adaptándolos según estándares locales. Además contribuyeron otras iniciativas como el proyecto Transparentemos de BID FOMIN con fundación Avina, en el que se fomenta la implementación de parámetros de transparencia activa y rendición de cuentas en las organizaciones de la sociedad civil en Chile. Utilizaron además material de FECU Social, iniciativa de estandarización de memoria y balance social para organizaciones sin fines de lucro.
Con esto se obtiene un documento que proporciona información pública, comparable y rigurosa, la cual contribuye a fomentar la donación responsable de la ciudadanía y donantes, particulares e instituciones hacia el tercer sector.
“La idea es poner esta información a disposición del público con el objetivo de que los donantes tengan información a la mano para saber sobre las ONGs con las que colaboran y puedan hacer seguimiento de cómo éstas utilizan las donaciones que se les dan”, explicó la directora ejecutiva.
Sin embargo, el objetivo de la organización no solo se basa en trasparentar la información para sus donantes, sino también la idea es crear una carta de presentación de cada institución hacia la sociedad: “El sistema también permite que la sociedad en general y cualquier donante en particular pueda conocer la labor de las ONGs, entendiendo que hoy este mundo es muy diverso y solamente un grupo es el conocido”, señaló Pizarro.
Proyecto Piloto

De todo lo anterior, se desprendió el primer borrador de análisis en el país: un piloto realizado durante el primer semestre de este año y cuyos resultados fueron dados a conocer el pasado mes de agosto. Aquí participaron cinco organizaciones sociales de distinto tamaño y dimensión: Fundación Por Una Carrera, Casa de la Paz, Fundación Las Rosas, Techo Chile y WWF Chile.
El piloto resultó un éxito pudiendo comprobar tres principios fundamentales para poder implementar el modelo. Primero la adaptabilidad del modelo de análisis a la realidad local. Según indican desde la fundación, el piloto sirvió para corroborar que es un modelo idóneo para las ONGs que existen en nuestro país. Por otra parte, la universalidad del proyecto, es decir, que independiente del tamaño, dimensión, estructura y años de trayectoria, cualquier organización (fundación o corporación) puede acceder a él.
Otro punto para comprobar con este piloto era la utilidad; si cada indicador cumplía y era útil para la gestión interna como para sus posibles colaboradores y donantes.

“En términos generales, utilizamos este piloto para ver si nuestros estándares eran prácticas que realmente se usan o si están lejos de nuestra realidad. Pero sobre todo, ver si, independiente de su tamaño, cualquier organización puede acceder a esto”, explico Pizarro. Agregó que “con esto llegamos al modelo definitivo adaptado a la realidad local, con un lenguaje que se acomoda a la realidad de las ONGs del país y que permite establecer parámetros de comparación. Además, un instrumento para la gestión interna de las organizaciones”. En esto último, explica Pizarro, permite que los resultados se transformen en un diagnostico de lo que es la organización, cuáles son sus puntos fuertes, sus puntos de mejora y las prácticas que utilizan. Conclusión coincidente entre todos los que se sometieron a este piloto, quienes ven en este instrumento una herramienta para reconocer sus focos de trabajo y mejora.
Como proyección, fundación Lealtad Chile espera tener al menos una base de 100 organizaciones analizadas en tres años y otras más que hayan tenido capacitación en los estándares para que puedan implementarlos.