Cerca de 3 mil postulantes tuvo la exitosa convocatoria de la Fundación Superación de la Pobreza para ser parte del programa SERVICIO PAÍS, que destina profesionales jóvenes a trabajar en comunas rurales y apartadas de todas las regiones y que se apresta a celebrar sus 20 años de trabajo por un Chile sin pobreza.
Estas semanas hemos dado a conocer la mirada y diagnóstico que la Fundación tiene en cada región y cómo están enfrentando los problemas sociales de la comunidad a través del SERVICIO PAÍS.
REGIÓN DEL BIOBÍO:
Verónica Yuretic, directora regional FUSUPO Biobío
«Hay una preocupante falta de fuentes laborales y de oportunidades de formación»
La región del Biobío es rica en recursos naturales y escenarios geográficos atractivos y variados, cuenta con población indígena, principalmente pehuenche y lafquenche, y con apenas el 9% de su población habitando en el campo.
Según Verónica Yuretic, “las comunidades rurales están casi completamente despobladas, hombres y niños han tenido que migrar del campo a la ciudad en busca de oportunidades. Sucede que en la cordillera hay alta presencia indígena, desvinculada de las políticas públicas; en la zona central la agricultura tradicional ha dado lugar a monocultivos que no aportan trabajo a las comunidades aledañas y debilitan la tierra; y más hacia la costa el panorama no es mucho mejor, se evidencia mucha escasez y extinción de especies vegetales y animales, lo que ha generado el fin de la pesca artesanal. Hay una preocupante falta de fuentes laborales y de oportunidades de formación.”
“Antes de la llegada masiva de los cultivos forestales y el uso del suelo en hidroeléctricas, las personas subsistían más autónomamente y mantenían una cultura local basada en que las mujeres se dedicaban a la crianza de animales y a sus huertas. Hoy, las familias de sectores apartados dependen de subsidios estatales para vivir, son extremadamente vulnerables”, sostiene Verónica.
Frente al alto desempleo que registran varias comunas de la región, SERVICIO PAÍS ha identificado una oportunidad para el desarrollo económico de pequeños productores. “En los distintos ámbitos que trabajamos, promovemos la asociatividad para potenciar las riquezas locales, individuales y generar espacios de participación que permitan a las personas mejorar su bienestar y el de su comunidad”, señala la directora.
La imponente existencia de varias hidroeléctricas se suma a la falta de agua en sectores rurales y a una mala distribución del recurso hídrico en general. Por ello, el programa está presente también en comunidades que buscan soluciones a su problema de acceso a agua potable, como Santa Bárbara. También en esa localidad, “capacitamos a los productores de carbón de aromo para que se vinculen entre sí y puedan negociar mejores precios para sus producciones individuales, aumentando ostensiblemente sus ingresos familiares”, comenta Yuretic, “en tanto en Alto Biobío, trabajamos con comunidades indígenas para crear una estrategia de turismo junto con las propias personas que han aprendido a beneficiarse de sus riquezas culturales”.
En Lebu, en tanto, el programa trabaja con feriantes, mejorando sus condiciones laborales y dándoles herramientas para una mejor comercialización de sus productos. Igualmente, un grupo de mujeres de Lebu son capacitadas en sus propios temas de interés, como producción de mermeladas o tejidos. En Negrete, en tanto, SERVICIO PAÍS capacita a la oficina de empleo de la municipalidad para captar mayores y mejores oportunidades laborales para la comunidad.
Otro tema complejo es el de la vivienda. Las viviendas sociales en comunidades apartadas se encuentran muy deterioradas por el clima y por la poca pertinencia de las mismas para las particularidades de la zona. Es por ello que SERVICIO PAÍS junto al Ministerio de Vivienda y Urbanismo crearon un concurso de diseño de vivienda pehuenche pertinente para implementarse en Alto Biobío. En tanto, en otras comunas apoyan a los habitantes a regularizar sus títulos para poder acceder a subsidios estatales que les permitan mejorar el estado de sus viviendas.
Pese a ser muy efectivos, la directora señala que le gustaría “estar por lo menos en un 20% de las comuna, hoy sólo estamos en 6 de las 54 que posee esta región. Nos esforzamos por crecer y tener una presencia mayor, ya que vemos muchas posibilidades de aportar dentro de la línea de lo que hacemos. Generando espacios de participación comunitaria, logrando que las personas comprendan sus derechos y sus realidades, y busquen por sí mismos mayor vinculación con nuevas oportunidades. Una vez que llegamos a una localidad, no hay marcha atrás, las personas y comunidades se empoderan y no son las mismas una vez que terminamos los proyectos. La idea es dejar instaladas capacidades y que después las comunidades avancen con autonomía”.