Huerto escolar: la cruzada emprendedora de un curso de niños con necesidades especiales

Dirigidos por su profesora Soledad Concha, el grupo de escolares de 12 a 16 años de la comuna de Cañete producirá alimentos sanos, orgánicos y sin fertilizantes. Pero además el objetivo del proyecto es que los alumnos repliquen la idea de esos huertos en sus casas y puedan armar su propio negocio.

En Cañete 11 escolares de la Escuela Rubi Nelson Silva Salas junto a su profesora Soledad Concha están embarcados en toda una cruzada: reunir fondos para poder concretar su sueño de instalar un huerto escolar.

El invernadero podría ser una iniciativa escolar más, pero la gran diferencia en este caso es que los alumnos son chicos con necesidades especiales diferentes y todos pertenecientes a un entorno vulnerable.

“La idea nació por la necesidad de abrir una oportunidad, porque estos niños no tienen ningún espacio para poder crear. Empecé a averiguar esto del huerto por internet, vi que es una idea que se está llevando a cabo en varias escuelas a nivel nacional, pero acá la diferencia es que se trata de niños con necesidades educativas especiales”, cuenta la educadora diferencial de este establecimiento, una de las pocas escuelas de esta comuna que integra a niños con necesidades educativas especiales.

En la escuela hay tres cursos con niños con capacidades diferentes, y el que encabeza la profesora corresponde al paralelo básico 10, con alumnos de entre 12 y 16 años que esperan concretar el proyecto para desarrollar sus habilidades y destrezas.

“Están súper entusiasmados. Hemos visto videos en Youtube, quedaron fascinados con la idea, y me preguntan y me preguntan cuándo vamos a iniciar el invernadero”, destaca la profesora.

El proyecto del invernadero va ligado a jugarse una opción para cambiar el futuro de cada uno de estos niños participantes añade la profesora.Una vez que egresan del colegio, las personas con capacidades diferentes en Cañete pueden incorporarse a un taller laboral. Pero el problema, añade la docente, es que una vez que culminan dicho taller, casi no hay opcionesdeencontrar un trabajo.

“Para ellos no hay muchas posibilidades en Cañete. Ellos van al taller laboral, y muchos quedan hasta ahí. Entonces, la idea es que ellos, una vez que aprendan a hacer esta huerta, puedan replicarla en sus casas y así tengan una entrada económica. Eso les da independencia, una autonomía y hasta podrían generar un emprendimiento”, dice entusiasmada la profesora.

Y otro elemento clave de esta iniciativa es que es 100% natural. “Sólo vamos a producir alimentos sanos, sin fertilizantes, orgánicos, como les gusta consumir a la gente ahora”, dice.

Los chicos ya se pusieron manos a la obra y la primera actividad fue comenzar con el proceso de limpieza del terreno, gracias a las herramientas proporcionadas por la comunidad, como azadones, picas, palas, machetes y martillos. Ahora, están en compás de espera pues necesitan reunir los fondos necesarios para poder levantar el invernadero. El presupuesto asciende a $119.500, porque las semillas y la tierra abonada fueron donadas por empresa agrícola de la zona.

Para quienes quieran aportar a esta noble cruzada emprendedora, Soledad Concha Cañete, la líder del proyecto destaca “al culminar el proyecto dejaremos una placa, indicando el origen de la ayuda recibida, siendo recordado por nuestro establecimiento y los niños y niñas de nuestra escuela”, culmina.

Quienes quieran sumarse a esta iniciativa, pueden contarse con Soledad Alejandra Concha al mail integracionbasico10@gmail.com

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