Rompiendo esquemas con Yo Elijo: Los jóvenes de colegios municipales que superaron las estadísticas

Yo elijo after-school actualmente trabaja con tres comunas de la Región Metropolitana siendo Peñalolén la que lo vio nacer y abrió las puertas en el año 2011 para iniciar el desafío de la mano de la Corporación Municipal. Hoy tiene 150 jóvenes de la comuna, de 2º, 3º y 4º medio. Fueron estos últimos los que demostraron tras los resultados de PSU 2015, que superar la brecha educacional y romper el círculo de la pobreza a través de la educación, ES POSIBLE.

«Creemos en nuestros jóvenes, sólo debemos entregarles más oportunidades. Por eso decidimos contar con una oferta de preuniversitario comunal gratuito, con un diseño que nos permitiera entregar una formación integral junto con potenciar sus habilidades sociales. En ese sentido los resultados nos llenan de esperanza, pues en un año en que los resultados de los colegios municipales están por debajo de los 500 puntos, en Peñalolén existe un aumento del puntaje igual o superior a esa cifra en relación al año anterior», explicó la Alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao.

A nivel nacional, un 71% de alumnos de colegios municipales obtuvo menos de 500 puntos en la PSU y el promedio logrado fue de 469 puntos, Yoelijo superó toda expectativa; logrando un promedio de 520 puntos entre sus jóvenes, todos provenientes de colegios municipalizados, y la mayoría técnicos.

Al mismo tiempo hubo 85.013 alumnos que no lograron obtener 475 puntos en la PSU, el mínimo requerido por las universidades del Cruch para optar a una carrera. Los datos muestran que el 62% de los estudiantes de colegios públicos no alcanzaron ese piso. En Yoelijo el 85% lo logró.

Un panorama que parece ser peor que los años anteriores, pero que finalmente refleja una realidad que los jóvenes en contexto vulnerable viven cada año, quedando en el camino sin oportunidades, y finalmente sin una educación superior formal que les permita elegir su futuro, surgir y romper el círculo de la pobreza.

Al respecto, la directora del preuniversitario, Bárbara Soto, señaló que “En Yoelijo no somos un preuniversitario; no nos preocupamos sólo del ingreso a la educación superior sino que también del egreso exitoso de ella y en general de la formación de personas para la vida. Un puntaje no garantiza tu éxito futuro, tu determinación, en cambio, sí lo hace.

Y ese es uno de los 7 elementos del carácter que formamos. Por eso cuando la comuna de Peñalolén decidió contra todo pronóstico apostar las fichas en nosotros e invertir sus recursos en un modelo drásticamente distinto a todo lo establecido, nos dimos cuenta que aún hay esperanza en la educación porque todavía hay quienes piensan en la formación de personas, más allá de los números”.

Rompiendo esquemas

Yo elijo es el primer programa de after-school de preparación para la educación superior y la vida en Chile (concepto norteamericano de escuela después de la escuela, que le ha devuelto la esperanza a millones de jóvenes en EEUU y a sus familias; les ha hecho creer que la posibilidad de ingresar a la educación superior es real). Este 2015 fue reconocido como el mejor emprendimiento social por UDD Ventures, acreedores de un Start Up Chile y su directora, Bárbara Soto, fue premiada como una de las 7 Mujeres Impacta y emprendedora del año Asech por ser la fundadora del primer after-school del país.

En el after-school no sólo hay una intensa preparación académica y de habilidades sociales, la cual se realiza a través de una didáctica e innovadora metodología de enseñanza, sino que también cuentan con una escuela de la felicidad compuesta por siete optativos artísticos, académicos y deportivos que les permiten fortalecer su carácter; apoyo constante por parte de los profesores y directores del programa en todo ámbito, gestión de becas y acompañamiento universitario. Todos estos ingredientes lo hacen un programa único.

Así lo han demostrado las generaciones anteriores, ingresando a las mejores universidades del país. Un 92% de los alumnos de Yoelijo ingresó a la educación superior el 2015, un 90% de ellos becado por completo y hasta hoy hay nula deserción universitaria; en contraste con la realidad nacional que alcanza un 50%.

Sin embargo, Soto señaló que “La educación de calidad no se mide en cifras ni habilidades cognitivas. La educación de calidad se mide en la capacidad que tuvo ese niño para elegir y eso es lo que buscamos en el afterschool; que nuestros alumnos decidan su futuro, que no lo haga su cuna, su apellido ni mucho menos un puntaje”.

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