No es lo mismo

Ya van cuatro ministros de educación. Las movilizaciones estudiantiles han remecido al país y los actores políticos no han sido capaces de llegar a acuerdos que permitan resolver los problemas que se arrastran por largo tiempo

Me atrevería a plantear como la razón fundamental es que no hemos sabido “tomar al niño como centro del aprendizaje y de ahí construir las políticas necesarias que permitan su desarrollo integral”. Esto significa que no hay una sola solución igual para todos, sino que una variedad de soluciones debido a la variedad de problemas que hay que enfrentar.

No es lo mismo educar a un niño que vive en la ruralidad y al que vive en una ciudad. No es lo mismo educar al que proviene de un sector vulnerable y al de clase media o alta. Tampoco es lo mismo la educación de un niño que trae un bagaje cultural familiar con aquel que no lo tiene; ni la gran diferencia que implica contar con el apoyo familiar al momento de recibir educación.

No hay punto de comparación entre estudiar en la modalidad científico-humanista y en la técnico profesional; en un colegio que selecciona a uno que no selecciona; y así podemos enumerar cientos de factores que hacen la diferencia.

Una política educacional debiera entregar los lineamientos generales que el país necesita y luego tener la flexibilidad de permitir proyectos educativos que pongan al niño como centro del aprendizaje. Sólo si partimos desde el niño y sus reales necesidades seremos capaces de construir políticas que solucionen los problemas de calidad y equidad.

Y una de las mejores estrategias para que esto suceda es estar en contacto con la realidad de los jardines, colegios, universidades y  centros de formación técnica. La observación y conocimiento de esta realidad es el único camino para mejorar. Y la autocrítica de todos los actores involucrados, que es el primer paso para avanzar.

0 respuestas a “No es lo mismo”

  1. La escuela de hoy ¿responde a los desafíos del siglo XX?

    La escuela de hoy no responde a los intereses de los
    niños de hoy. La escuela de hoy es aburrida, homogeneizante, punitiva, y
    principalmente, responde a un mundo que se quedó en el siglo pasado. El
    curriculum instalado, en este país, busca resultados y la vida son emociones
    envueltas en procesos que debieran superar el asignaturismo.

    La escuela de hoy está preocupada de que cada niño o
    niña y jóvenes obtengan “buenos resultados” en base a la memorización de
    contenidos, fundamentalmente, más que el sentido de lo aprendido. Hoy en las
    escuelas y en los liceos “la cola mueve al perro”. Es decir, las pruebas
    nacionales, Simce y PSU, mueven al curriculum. Como muestra de ésta
    situación, en las escuelas y los liceos, se les dedica dos o tres meses,
    en períodos previos a realizar “ensayos” para esas pruebas.

    Dicho en otras palabras, desde la Escuela Internado G -35 de
    Visviri de la Región de Arica y Parinacota hasta la escuela F-50 de Villa las
    Estrellas de la Región de Magallanes y la Antártica de Chile, tienen el mismo
    curriculum diseñado, planificado, organizado, administrado, controlado y medido
    por el nivel central. Es más, compiten de la misma manera, en el Simce, como si
    las 15 Regiones, 54 provincias y 345 comunas fueran idénticas. Y si quisiéramos
    complementar el diagnóstico diríamos que el curriculum imperante es
    basado en objetivos, en donde las
    bases institucionales son los contenidos y sus paredes refractarias son el
    conductismo y la memoria de corto plazo.

    El tema es que hoy estamos en el siglo XXI, en el cual
    los niños tienen múltiples formas y maneras de acceder a la información y al
    conocimiento. No solo la escuela forma o deforma. Los niños de hoy son
    hiperactivos, hipertextos y triple pantallas. Es decir, tienen variadas y
    simultáneas plataformas interactivas para aprender, en
    donde el motor de sus acciones de aprendizajes es la emoción. En pocas
    palabras, existen diversos ambientes de aprendizajes, en los cuales los niños y
    jóvenes pueden desarrollar sus habilidades y competencias.

    Si tenemos dudas o desconocemos el desarrollo neuronal de
    los niños de hoy, sus maneras simultáneas de aprender y los modos de cómo
    aprenden, es cosa de mirar a nuestros hijos, a los nietos o a los niños de
    menos de 10 años que pululan por las casas o por la calles, con alguna pantalla
    interactiva o algún video juego .

    Hoy más que memorizarlo todo… los niños deberían saber
    observar; buscar; seleccionar; ordenar; relacionar; comparar; analizar;
    concluir; opinar; proponer; elaborar; y desarrollar todas aquellas habilidades
    y competencias que den sentido a la era en que estamos viviendo.

    Concluyendo, la escuela de hoy debe emocionar, atraer,
    reencantar, entretener, acompañar y orientar a los niños de hoy, tratando
    de ser mínimamente invasivos, para que estos puedan desarrollar la maravillosa
    aventura de aprender por si mismos.

    OLIVILLO

  2. No es lo mismo….Todos somos individualidades irrepetibles sometidas a situaciones particulares y únicas que interpretamos desde un punto de vista muy subjetivo, todo lo cual condiciona nuestros pensamientos y nos lleva a sacar conclusiones diversas moldeando en cada uno de nosotros diferentes opiniones de lo que es la vida, lo que nos lleva a que existan una multiplicidad cuantiosa de formas distintas de apreciarla. No es lo mismo porque no encontrarás dos iguales en el mundo. Un mundo en plural y con una sana tendencia a lo multifacético.

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