Oportunidades de Educación Técnica Superior, los años si importan

Andrés Alejandro Colque Torres, Psicólogo, Especialista en Psicología Jurídica Y Forense, Pos titulado en Medición familia, Desarrollo Organizacional e Intervención Social con amplia experiencia en intervención psicosocial de adolescentes vulnerables. Ha desarrollado labores directivas y técnicas en ONG y el servicio público. Actualmente Director Social de Fundación Educacional Sumate, responsable de la gestión general en las áreas de de prevención a la deserción escolar, de reinserción educativa e inserción a la educación técnica superior.

La divulgación de los datos de la última encuesta Casen, en materias de educación, salario y empleabilidad refuerzan la evidencia, de que una de las palancas de mayor impacto  para la inclusión y calidad en la vida laboral, es la educación.

Si bien no podemos a la Educación asignarle todo el rol redistributivo, pues  este proceso está también relacionado con la distribución del ingreso, la calidad de los empleos y el valor asignado al trabajo, es evidente que las cifras obtenidas en esta encuesta, como en las anteriores y en otros estudios demuestran que el tipo  y los años de estudio afectan  las remuneraciones futuras.

Al respecto  datos aportado por el MINEDUC a través de su serie “Evidencias” de abril 2012, dan cuenta que  entre el año 2006 y 2009 los mayores aumentos de renta lo obtuvieron los egresados de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica. De ahí la importancia en centrar nuestra mirada en la participación, mantención y calidad de la oferta en educación superior, especialmente  de sectores más vulnerables de nuestra sociedad, quienes por sus limitadas oportunidades requieren que sus esfuerzos obtengan una  retribución acorde con la magnitud de sus esfuerzos.

La educación técnica superior aparece pues como una opción relevante especialmente para dichos segmentos, más aún cuando la proporción de estudiantes que optan por la  la educación técnico profesional supera a la educación secundaria científico humanista en los dos primeros quintiles de la población escolar. Un dato relevante de considerar es que según cifras del MINEDUC,  en el año 2011 el 40% de los alumnos de pregrado se matricularon  en CFT e IP, siendo en números una cantidad superior a los matriculados en la educación universitaria.

Con esta amplia cobertura en relación a los egresados de enseñanza  media, conviene detenernos en la mantención de estos alumnos en cada una de las carreras que han elegido,  al respecto  según  datos del  Consejo Nacional de Educación  del año 2010 la retención en los Institutos Profesionales en  4° año alcanzo un  37% y la retención en los CFT al 3° año fue  de un  48%. Esto implica que a lo largo de la carrera, casi 50% de los estudiantes deserta de los CFT y prácticamente 6 de cada 10 lo hacen de un Instituto profesional.

En esta misma línea, la tasa de retención en educación técnica superior  en el año 2009 (incluye a los CFT e IP) alcanzó a un 64,9% en el primer año, es decir, de cada 100 alumnos matriculados al primer año 35 no continúan sus estudios de educación técnico profesional.

Como causas del abandono temprano de los estudios técnicos superiores, se identifica la deficiente orientación vocacional al ingreso, la falta de preparación previa para adaptarse a las nuevas metodologías de aprendizaje, la poca flexibilidad horaria y rigidez curricular.(Evidencia, abril 2012).

En Fundación Sumate, la experiencia de más de 8 años, nos permite valorar el impacto que tiene apoyar a cada joven en la formulación de un proyecto de vida en el marco de un proceso de orientación vocacional, el acompañamiento formativo, el desarrollo de habilidades para la vida que faciliten su empleabilidad y la reducción de sus brechas de aprendizaje.

Nuestros resultados así lo indican, pues el 75% de los alumnos de CFT apoyados por  nuestros programas se mantienen estudiando,  un 80% termina su carrera dentro de los 5 semestres de duración normal y encuentra un trabajo en el área de su especialidad. Tenemos el desafío como sociedad,  que las actuales oportunidades que el sistema de educación superior brinda, se transformen en puentes en donde la calidad de los aprendizajes y el apoyo formativo complementario, permitan a cada hombre y mujer joven, cumplir sus sueños y realizarlos, a través de una vida laboral efectiva.

Porque los años si importan, el Estado está llamado a establecer incentivos y controles para que los CFT e IP incorporen dentro de sus mallas curriculares procesos formativos y de apoyo que reduzcan el abandono prematuro de estudios, cumpliendo así su función social y aporte a la construcción de un país más equitativo y con mayor inclusión social.

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